Actualmente, la mejor forma para sustituir la función renal es el trasplante renal. La diálisis como tal, ya sea hemodiálisis o diálisis peritoneal, aún no puede sustituir todas las funciones de un riñón. La medicina ha avanzado a tal grado, que un trasplante renal representa la mejor opción terapéutica para la mayoría de los enfermos con insuficiencia renal terminal, ya sea que se encuentren en estados muy avanzados de la enfermedad o en diálisis.
Para un trasplante de riñón hay mucho que hacer antes y después de la operación. Inicialmente, usted será evaluado por nuestro grupo de trasplantes para determinar si puede ser un receptor renal, que todos sus estudios de laboratorio y gabinete estén completos y que usted esté en las mejores condiciones posibles de salud para realizar el trasplante. Después de la operación, nuestro grupo de trasplante se encargará de mantener adecuadamente la función del riñón y de sus condiciones generales de salud a largo plazo. El tiempo entre la evaluación inicial y el trasplante es variable y depende de factores que pueden controlarse, como la disponibilidad de un donador renal vivo (que permitiría la ejecución del trasplante en días/semanas) y factores que ni usted ni el grupo de trasplante pueden controlar, como la disponibilidad de un riñón proveniente de un donador cadavérico (proceso que puede tardar años).
Nuestra amplia experiencia en trasplantes aunado con la infraestructura que hemos desarrollado, permite realizar una evaluación completa y ejecutar un trasplante renal (donante vivo) en cuestión de días.