El páncreas tiene dos funciones principales: la primera, denominada exocrina, consiste en la producción de sustancias que intervienen en la digestión de los alimentos; la segunda, llamada función endocrina, está relacionada principalmente al control de la glucosa, básicamente a través de la producción de insulina y otras hormonas.
Una de las causas por las que se requiere un trasplante de páncreas se debe al padecimiento de la Diabetes Mellitus. La diabetes es una enfermedad en la que se presentan niveles anormales y elevados de concentraciones de glucosa en la sangre, ya sea por deficiencia de insulina o por defectos en la función de ésta.
En forma muy general, existen dos clases de diabetes; el tipo 1 que se suele presentar durante la primera o segunda década de la vida, y se caracteriza por una autodestrucción de las células productoras de insulina.
La diabetes tipo 2, por lo regular, se asocia a la obesidad y resistencia a los efectos de la insulina. En ambas situaciones, el paciente eventualmente pierde sus células productoras de insulina.
El trasplante de páncreas está indicado en pacientes diabéticos que ya no responden al tratamiento médico. Además, es un procedimiento que cura la enfermedad y previene el desarrollo de sus complicaciones.
¿Qué implica un trasplante de páncreas?
Es una cirugía en la que se coloca un páncreas sano en una persona con diabetes. En algunos casos, cuando la diabetes es la causa de enfermedad renal crónica, el trasplante de páncreas se puede realizar simultáneo a un trasplante de riñón, ya sea en un solo evento quirúrgico de manera simultánea o trasplante de páncreas después del trasplante renal corrigiendo así ambos padecimientos.
El páncreas es un órgano que se obtiene mediante donadores en muerte encefálica, quienes en vida manifestaron su deseo de donar o sus familiares autorizan el uso de sus órganos para ayudar a otras personas.
En casos selectivos la donación puede realizarse a partir de un donante vivo.